We the people are under attack. Corporate America, allied with religious extremists and growing fascist forces, like those who stormed the capitol on January 6, are out to destroy every gain the American people have made since the Civil War.

Nothing is sacred to them. Their Supreme Court’s abortion decision violates a woman’s right to govern her own healthcare, and now they want to outlaw all abortions everywhere.

They no longer acknowledge the legitimacy of the electoral system and are working on ways for states to overturn election results. People of color are especially targeted for disenfranchisement.

Public education, our most basic democratic institution, is being shredded with funding cuts, vouchers, charter schools, and forcing college students into massive debt. Teachers and school board members are under attack for teaching the history of all Americans.

Congress, the seat of American democracy, was violently attacked by a fascist mob directed by the sitting president. Apparently neither the Vice President, nor the Attorney General, nor the dozens and more who knew about the plot reported the crimes to the authorities.

If this isn’t scary enough, think of global warming, which, if not confronted, threatens to wipe out human life on our planet.

There is still time to turn things around. There is hope because more and more Americans are seeing through the right-wing lies. People are learning that government policy has to be based on reality. That healthcare policy should not be decided by people who deny COVID exists. That our planet won’t be saved by politicians who deny climate change or by politicians bankrolled by the industries responsible for the catastrophe. That people who support overturning election results and deny clearly verified results should not be put into offices that govern federal, state, or local elections.

The amount of money our government spends on weapons, wars, and military bases in over 100 countries could be slashed to fund human needs and create the millions of jobs needed to tackle global warming. Saving the planet requires planetary cooperation between countries to lessen conflict and reduce the “need” for military spending.

A huge fightback is taking place across the country, including the wave of unionization, resistance to attacks on abortion rights, organizing against attacks on voting rights, growing demands for action on climate change, and for a fair and humane immigration policy.

A big turnout by us, working people, voting in our own interests can result in a Congress and state legislatures with a people’s agenda instead of a billionaires’ agenda. We can expand democratic rights, protect and universalize healthcare including reproductive rights, tackle the proliferation of guns and the associated gun violence, and enforce and expand protections for all Americans regardless of race, religion, gender, or other identity.

Let’s not be fooled by the big corporate-owned media that tells us the right wing will win this election. They are trying to discourage us from voting in our own interests.  We must use our right to vote, not lose it!

¡Debemos usar nuestro derecho al voto para no perderlo!

Emitido por la Comisión de Acción Política, Partido Comunista de EE. UU. 27 de julio de 2022

Nosotros, el pueblo, estamos bajo ataque. Las empresas estadounidenses, aliadas con los extremistas religiosos y las crecientes fuerzas fascistas, como las que asaltaron el capitolio el 6 de enero, están dispuestas a destruir todos los logros que el pueblo estadounidense ha obtenido desde la Guerra Civil.

Nada es sagrado para ellos. La decisión sobre el aborto de la Corte Suprema viola el derecho de la mujer a gobernar su propia atención médica, y ahora quieren prohibir todos los abortos en todas partes.

Ya no reconocen la legitimidad del sistema electoral y están trabajando en formas para que los estados anulen los resultados de las elecciones. Las personas de color son especialmente objeto de privación de derechos.

La educación pública, nuestra institución democrática más básica, está siendo destrozada con recortes de fondos, cupones, escuelas autónomas y obligando a los estudiantes universitarios a endeudarse masivamente. Los maestros y los miembros de la junta escolar están bajo ataque por enseñar la historia de todos los estadounidenses.

El Congreso, la sede de la democracia estadounidense, fue atacado violentamente por una turba fascista dirigida por el presidente en funciones. Aparentemente ni el Vicepresidente, ni el Fiscal General, ni las decenas y más que sabían de la trama denunciaron los crímenes a las autoridades.

Si esto no es lo suficientemente aterrador, piense en el calentamiento global, que si no se enfrenta, amenaza con acabar con la vida humana en nuestro planeta.

Todavía hay tiempo para cambiar las cosas. Hay esperanza porque cada vez más estadounidenses están viendo a través de las mentiras de la derecha. La gente está aprendiendo que la política del gobierno tiene que estar basada en la realidad. Esa política de atención médica no debe ser decidida por personas que niegan la existencia de COVID. Que nuestro planeta no será salvado por políticos que niegan el cambio climático ni por políticos financiados por las industrias responsables de la catástrofe. Que las personas que apoyan anular resultados electorales y niegan resultados claramente verificados , no deben ser puestos en cargos que gobiernan federal. elecciones estatales o locales.

La cantidad de dinero que nuestro gobierno gasta en armas, guerras y bases militares en más de 100 países podría reducirse drásticamente para financiar las necesidades humanas y crear los millones de empleos necesarios para enfrentar el calentamiento global. Salvar el planeta requiere la cooperación planetaria entre países para disminuir el conflicto y reducir la ‘necesidad’ de gasto militar.

Se está produciendo una gran lucha en todo el país, incluida la ola de sindicalización, la resistencia a los ataques al derecho al aborto, la organización contra los ataques al derecho al voto, las crecientes demandas de acción sobre el cambio climático y una política de inmigración justa y humana.

Una gran participación de nosotros, la gente trabajadora, votando por nuestros propios intereses puede resultar en un Congreso y legislaturas estatales con una agenda popular en lugar de una agenda multimillonaria. Podemos ampliar los derechos democráticos, proteger y universalizar la atención médica, incluidos los derechos reproductivos, abordar la cultura de las armas ilimitadas, hacer cumplir y ampliar las protecciones para todos los estadounidenses, independientemente de su raza, religión, género u otra identidad.

No nos dejemos engañar por los grandes medios corporativos que nos dicen que la derecha ganará estas elecciones. Están tratando de disuadirnos de votar por nuestros propios intereses. ¡Debemos usar nuestro derecho al voto para no perderlo!

Image: Poor People’s Campaign march, courtesy Joe Sims.

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